
El silencio no es la ausencia de palabras, es la posibilidad de escuchar hacia adentro y hacia afuera , de escucharnos.
El silencio consciente invita a mirar para adentro, invita a conocer de otros, en medio del desaforado moderno por las verdades, las palabras a la ligera, la adicción a las redes sociales.
El silencio es un ejercicio difícil que debe cultivarse…
Del mismo modo, observar no es mirar, la observación conciente permite ver más allá, entender otros puntos de vista, observar posibilita conciencia en el hacer presente, en cada paso, los mayores dicen “hay que observarse desde el corazón, observar para caminar, observar la historia para aprender de ella, observar las plantas, el cielo, la comunidad, el territorio”…
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